miércoles, 1 de agosto de 2012

El final de una etapa

Todo tiene un principio y un final. El principio de esta etapa tuvo lugar un 1 de septiembre, día en el que nació este blog con su primera entrada titulada: El sonido de la lluvia al caer.

Hoy, 1 de agosto, ponemos punto y final a esta etapa. A este curso que ha tenido tantos momentos buenos y otros no tan buenos, probablemente el curso escolar más duro y que más me haya costado desde que empecé la carrera. 

Me llevo muchas cosas y dejo atrás muchas otras, pero sin duda se unen hoy:

Todos y cada uno de mis 22 niños. Ellos han sido el aliento que me ha empujado a seguir hasta aquí, hasta el final. Lo mucho o lo poco que les he podido enseñar no se compara con el cariño que les he podido dar. Después son ellos los que me dan mucho más: besos, abrazos, frases celebres, o se te arriman a tu pierna sintiéndose seguros. Y yo solo puedo derretirme. 

Mis compañeras, pilares fuertes y decisivos en mi experiencia y crecimiento como maestro. Es imposible olvidarlas, han sido un apoyo total para mi y, a veces, un auténtico quebradero de cabeza. Al final, algunas se quedan y los demás nos tenemos que marchar, pero el vínculo seguirá vivo. 

Los padres, mostrando un gran ejemplo de confianza en nosotros. La confianza, ese aspecto que tanto nos falta en la sociedad que vivimos, los padres han tenido el valor de sacarla de donde no la había a la hora de dejar a su hijo con un maestro desconocido. Para más tarde, fortalecerlo. 

Ahora, cojamos fuerzas pues tenemos un nuevo centro infantil que nos espera. Y gracias a todos y a la experiencia que me llevo, intentaré afrontar el reto con todas mis ganas. 

Ahora, este blog y yo nos cojemos unas vacaciones recordando todo lo que hemos vivido. 

Gracias a todos por formar parte de este corazón que ya no puede volver la vista atrás para poder seguir adelante. Y cuando lo haga, entonces apareceréis para empujarme.





P.D: Nos vamos de vacaciones. El 1 de septiembre habrá algún cambio/sorpresa... ;)