A pocas horas de que el año termine, se me vienen a la cabeza muchos recuerdos. Recuerdos y momentos que, sin duda, forman parte de mi vida y han influido en mi forma de crecer. Todo lo que ha ocurrido a lo largo de estos 12 meses, me ha dejado un sabor agridulce. Doce meses en los que he sufrido, he luchado, he disfrutado y, sobre todo, me he dado cuenta de la realidad que hay a mi alrededor, de la que, inevitablemente, formo parte.
Comienzo mi andadura en la fundación Prodean, como voluntario en uno de sus proyectos. La actividad del colegio SAFA Blanca Paloma en el barrio de los Pajaritos es inmejorable, y me sentí parte de esa labor durante unos meses. Cuanto agradecimiento y amor desprendían aquellos niños.
Comienzo mi andadura en la fundación Prodean, como voluntario en uno de sus proyectos. La actividad del colegio SAFA Blanca Paloma en el barrio de los Pajaritos es inmejorable, y me sentí parte de esa labor durante unos meses. Cuanto agradecimiento y amor desprendían aquellos niños.
Transcurriendo el 2º año de carrera, las clases por la tarde eran algo nuevo para mí, una adaptación innecesaria fruto de la mala organización de la educación universitaria. Al final no fue para tanto, y me abrió caminos para conocer gente nueva.
En febrero, llegó un momento muy esperado: las prácticas de enseñanza. Un colegio pequeño y acogedor me hizo sentir como en casa, los niños me dieron su cariño y su sabiduría, fue la primera vez que escuché decir la palabra "profe".
En mayo, mi pequeño gran Álvaro hacía su primera comunión. Se había mudado a Inglaterra y volvíamos a encontrarnos en esta celebración.
Antes de vacaciones, un grupo de compañeros de la facultad y yo nos poníamos en contacto con ANDEX, Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Andalucía, para proponerles una actividad. La actividad consistió en un pequeño teatro que realizamos en la planta de Oncología Pediátrica del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Los niños participaron como uno más del cuento y nos lo pasamos en grande. Al final de la actuación, pasamos por las habitaciones de los pequeños que no pudieron asistir, para hacer algunos juegos con ellos. Me quedé asombrado por la capacidad de lucha que tenían, porque te agradecían todo, aunque fuera poco lo que podíamos ofrecer, y la manera de ver la vida, una vida que les hará cambiar, y que deberíamos aprender tanto de ella.
En agosto, la asistencia a la JMJ fue el culmen de encuentro con personas de muchas culturas diferentes, un enriquecimiento inigualable y de lo que estoy totalmente orgulloso.
Tras agosto, comencé la andadura bloguera a raíz de un acontecimiento que ansiaba con todas mis fuerzas: una oportunidad de trabajar en una guardería. Una guardería nueva, con muchos proyectos e ilusiones puestas, recibía a un estudiante/becario con grandes dosis de aprender y aportar cosas nuevas. Sin, duda, uno de los mejores regalos que me ha dado este año. Mis pequeños, mis 22 pequeños, suponían el foco central de todo. Son el centro de mis estudios, el centro de mis conversaciones, el centro de mi blog y el centro de mi experiencia como docente (en formación).
Pero no todo puede ser un camino de rosas, sucesos relacionados con la crisis económica, con los recortes de la educación, situaciones complicadas dentro de mi familia, han producido esas constantes caídas que me han hecho más fuerte y consciente de la realidad, una realidad de la que todos hemos aprendido y seguiremos aprendiendo, para bien o para mal.
Y por último, no quiero despedirme sin contar el otro gran regalo que me ha dejado este año recién terminado. Ese regalo comenzó cuando conocí a Guzmán, el pequeño héroe que me cautivó con su sonrisa y sus ganas de luchar contra su leucemia. Él es uno entre cien mil, uno entre cien mil vidas que fui descubriendo, cien mil personas, mámas y papás, niños y niñas que me fueron aportando lo mejor y haciéndome crecer: Guzmán, Jose, Eva y Martina, Rafa y su hija Alba Pérez, Mariano Oto y Javier, Iñigo e Inés, JL y Anna, Jan, Ana y David, Mamá contra corriente, Anabel y Erik, Pedro, Eva y Gloria, Álvaro, Gonzalo y Albertillo y sus papás, Lolita Rodríguez, monitores del MC, grupo joven de la hermandad, Julen y su mamá, Esther y Arturo, Marc, Manuel, Mitchel, Isabell y Sara, Xergio, Elías, Laura y sus Dalton, Cristina, los dos Santi y Natalia, Gemi, Carlos y su familia, Mayka, Javi y Antón, Vane, Marta, Bea, Sardinas, Mousikh, Leo, MisMellis, Papimelli, Repollete y Princesita, Sandra, ASPAU, Inma y Miguel, Amaya, Fátima Collado, Lara, Kasia y Nicolau, Raquel y sus mariposas, Yo y mis mini-yos, Annie y su pitufo, María y Javi, Silvia y su nene, María y Abril, Núria y sus dos niñas, Susana y Nico, Fernando y Cristina, Belén, Virginia, Laura Nogueras, Trax, Meri, Tersina y sus niños, Ariadna y sus papás, Marta y sus tres pequeños, padresdetrillizas, Madre desesperada, Daniel e Iván, Fany y su familia numerosa, Miren, Mery y Arnau, Jirafa y su peque, Chenchu y Claudia, Quique y su mamá, Mar, Isabel y Ángel, París y María, Jeza Bel y Vega, trestrillitigres, Bea y Pelayo, Eli y Abel e Iván, Helena, Yasmin, Adrián y Gael, las mamás y niños de la plataforma TEA Asturias y las mamás y niños de la plataforma Cataluña Inclusión, algunas os he nombrado ya pero no me puedo ir sin nombrar a Eli, Gerard y Ainhoa, Gemma y Alicia, Eva Cepero, y todas. Sois parte de mí y os deseo lo mejor este año que empieza, y sobre todo que estemos juntos, muy juntos.
Termino pidiéndoos que este año os volváis un poquito más locos que el anterior, locos por la gente a la que queréis, locos por luchar por lo que os importa.
FELIZ AÑO NUEVO A TOD@S!!!